Las principales causas del comprador al exportador están relacionadas con la recepción de mercancía defectuosa (o inadecuada), faltas de mercancía, recepción de mercancía deteriorada y retraso en la recepción de la mercancía.
En el primer caso nos encontramos ante un posible defecto de fabricación o comercialización de la mercancía, directamente achacable al exportador.
En los otros casos, es posible que el exportador no sea el único o último responsable. En ese sentido, es posible que el transportista internacional sea responsable total o parcial del deterioro, las faltas o del retraso en la entrega de la mercancía.
También constituyen posibles causas de reclamación del importador en la compraventa internacional:
- La no recepción (o recepción tardía) de los documentos necesarios para el despacho de importación de la mercancía.
- La entrega de la mercancía en lugar distinto al especificado contractualmente.
El procedimiento a seguir por el exportador ante reclamaciones del importador por recepción de mercancías defectuosas, deterioradas, faltantes o por mercancías recibidas con retraso debería reflejarse en el contrato de compraventa internacional.
En todo caso, en muchas ocasiones no existe contrato de compraventa internacional y la factura proforma remitida por el exportador no dice nada respecto al tratamiento de las reclamaciones del importador.
La mayor parte de las veces, el procedimiento a seguir por el exportador ante las reclamaciones de sus clientes forma parte de la política comercial que, en cada momento, interesa al exportador.
El tratamiento recomendable a seguir por un exportador ante una reclamación de un importador por mercancía defectuosa, deteriorada o faltante suele ser:
- Retirar el producto defectuoso o deteriorado.
- Enviar nuevo producto en condiciones o enviar producto faltante (en faltas).
- Explicar al importador la causa del defecto, del deterioro o de la falta de mercancía.
- Poner los medios técnicos y comerciales para que el problema (si es evitable) no vuelva a repetirse.
- Garantizar al importador que el problema (si es evitable) no volverá a repetirse.
- Ante mercancía deteriorada o faltante, exigir responsabilidades al transportista internacional de la mercancía o dirigirse a la compañía aseguradora del transporte internacional, en el caso que el exportador haya contratado un seguro de transporte internacional de la mercancía, en cobertura de posibles pérdidas y daños durante el transporte.
Los gastos de la retirada de los productos defectuosos o deteriorados y los gastos del envío de los nuevos productos que sustituyan a los productos defectuosos o deteriorados deben correr a cargo del exportador.
El exportador, por razones comerciales, no debe dudar del fundamento de la reclamación del importador. En ese sentido, como regla general no resulta conveniente iniciar una investigación sobre el fundamento de la reclamación planteada por el importador.
Por idénticas razones comerciales, aunque el exportador no sea el auténtico responsable de la reclamación del importador (en faltas y en mercancía deteriorada durante el transporte), no por ello debe ignorar la reclamación del importador y remitirle al transportista o a la compañía aseguradora (si existe seguro de transporte internacional).
Así pues, a la vista de reclamaciones por faltas o mercancía deteriorada, el procedimiento a seguir se resumiría en dos fases: atender la reclamación del importador y, posteriormente (sólo posteriormente), reclamar al transportista internacional para depurar su responsabilidad o, existiendo póliza de seguro de transporte internacional, dirigirse a la compañía aseguradora.
El tratamiento recomendable a seguir por un exportador ante una reclamación de un importador por retraso en la entrega de mercancía será:
- Satisfacer al importador la penalización por retraso establecida contractualmente.
- Explicar las razones del retraso.
- Poner los medios técnicos y comerciales para que el retraso (si es evitable) no vuelva a repetirse.
- Garantizar al importador que el retraso (si es evitable) no volverá a repetirse
- Si procede, exigir al transportista internacional su responsabilidad por el retraso en la entrega de la mercancía.
Resulta cada vez más habitual que en los contratos de compraventa internacional (y también en las facturas proforma) se establezcan penalizaciones para el exportador si éste efectúa la entrega de la mercancía fuera del plazo de entrega pactado. Normalmente, estas penalizaciones suelen consistir en porcentajes de reducción del precio a pagar por el importador, que se incrementan a medida que se incrementa el retraso en la entrega de la mercancía. Ejemplo: retraso de 1 día en la entrega de la mercancía: 1% de reducción del precio. Retraso de 2 días en la entrega de la mercancía: 2% de reducción del precio, etc.
Lamentablemente para el exportador, en las pólizas de seguro de transporte internacional las demoras (retrasos en la entrega) forman parte de las exclusiones de cobertura. Así pues, si el retraso en la entrega de la mercancía es achacable al transportista internacional, si el exportador desea depurar la responsabilidad del transportista, no tendrá más remedio que dirigirse contra él.
El Convenio de Viena sobre compraventa internacional de mercancías (11 de abril de 1.980) regula el tratamiento de las reclamaciones del importador por recepción de mercancías defectuosas, deterioradas, faltantes o recepción con retraso. Establecido por la Comisión de la ONU sobre el derecho mercantil internacional (UNCITRAL), es de aplicación en los contratos de compraventa internacional de mercancías cuando las partes (exportador e importador) tienen su domicilio en alguno de los Estados que han ratificado el Convenio y no han regulado de otro modo su compraventa internacional. El Estado español se adhirió al Convenio de Viena a partir del 17 de Julio de 1.990.
Enlaces
http://www.plancameral.org/web/portal-internacional/preguntas-comercio-exterior/-/preguntas-comercio-exterior/59ef960f-6a87-42fa-8841-f9b3cd795e77
